En una relación, hay que ser sincero y no esconderse. Si te gusta algo, díselo directamente; si odias algo, no te lo guardes. Si te enojas, explica la razón; si sientes celos, no finjas ser generoso. Si quieres algo, pídelo; si cometes un error, pide disculpas sinceramente. Puedes sentir vergüenza, pero nunca te cierres. Lo que más teme una relación es dejar que el tiempo se encargue de los problemas. En el amor no hay una perspectiva divina; si no expresas tu descontento, la otra persona nunca lo sabrá. No juegues a adivinar lo que el otro piensa, no seas sarcástico, y no digas una cosa y sientas otra. Cada día que se ama es demasiado valioso como para desperdiciarlo en pruebas sin sentido. El significado de estar enamorados radica en iluminarse mutuamente, ser el refugio y la fuente de energía del otro, dar luz a los días ordinarios y ofrecer un hombro en los momentos difíciles. Un buen amor es aquel en el que dos personas se salvan mutuamente y se apoyan, sin importar cuán lejos vayan, siempre saben que hay alguien detrás de ellas. Una relación amorosa verdaderamente saludable es aquella en la que ambos pueden ser auténticos sin reservas, sin necesidad de disfrazarse ni forzarse. Los problemas que siempre se piensan "mejorarán en el futuro" a menudo se convierten en la última gota que colma el vaso de la relación. El significado de estar juntos nunca ha sido un juramento grandioso, sino tener un hombro en el que apoyarse cuando estás cansado, tener manos que te guíen cuando estás perdido, y que alguien recuerde traerte tu café favorito en los días ordinarios. Así que, con la persona que amas, debes ser amable, hablar bien, porque encontrar a alguien que te permita ser completamente tú mismo es una de las mayores suertes de este mundo.