La historia de Schubert es una tragedia para mí. Murió a los 31 años - enfermo, arruinado, en su mayoría ignorado, excepto por un círculo de amigos que estaban asombrados por su genio. Después de su muerte, encontraron más de 1,500 piezas, ahora consideradas entre la mejor música jamás compuesta. Pasaba sus días entrenándose para ser maestro. Por la noche, escribía música en silencio. Sin aclamación ni reconocimiento público. Solo una compulsión divina por crear, incluso cuando su cuerpo fallaba. El verdadero genio es raro, pero al escucharlo, puedes sentirlo. El hombre era un talento.

Esta es mi canción favorita de Schubert. Comienza en una tonalidad mayor, sugiriendo brillo, resolución, felicidad. Pero al final rompe la expectativa de alegría para terminar en una inquietante tonalidad menor. 🎵

Cuando salgo a caminar y quiero pensar, a menudo escucho esta grabación de Brigitte Engerer tocando todos los Impromptus de Schubert. Dura aproximadamente 30 minutos y ha sido el telón de fondo de gran parte de la contemplación de mi vida. 🎹

Schubert también estaba profundamente solo: - “Nadie siente el dolor de otro, nadie entiende la alegría de otro. La gente imagina que puede alcanzarse mutuamente. En realidad, solo se cruzan.” - “Cada noche cuando me acuesto, espero no volver a despertar, y cada mañana renueva mi dolor.” - “Mi música es el producto de mi talento y mi miseria. Y lo que he escrito en mi mayor angustia es lo que al mundo parece gustarle más.” No se sintió amado por el mundo mientras vivía, pero aún así escribió como si alguien, algún día, pudiera importarle. Y ahora sí nos importa.