Aquí hay una forma de pensar sobre lo que empecé a llamar el "Complejo Industrial Washington - Wall Street" desde antes de la criptografía: Hecho: La banca, en América y otros países, es una industria "protegida". Está protegida a través de procesos de concesión de licencias difíciles, regulaciones costosas y enormes rescates. Es la única industria donde los reguladores tienen el mandato de asegurarse de que siga siendo rentable. Y está entre las pocas donde el gobierno se asegura de que los ciudadanos obtengan productos inferiores a costos más altos para proteger las ganancias de la industria (por ejemplo, la prohibición de los pagos de intereses de las FinTechs y emisores de stablecoins). Hecho: La banca, en América y otros países, es una solución alternativa para construir un estado de vigilancia y violar las libertades individuales que de otro modo estarían protegidas por la ley (en el caso de América, protegidas dentro de la parte más importante del documento fundamental, la declaración de derechos). La sopa de letras de "cumplimiento": programas como AML, KYC, CFT, Sanciones, etc., le da al gobierno herramientas extralegales para vigilar, censurar y oprimir. Como señaló la Comisionada @HesterPeirce ayer en su discurso imprescindible, esta solución alternativa se habilita mediante una doctrina de terceros donde muchos de nuestros derechos (como la cuarta enmienda) no se aplican si "voluntariamente" divulgamos información personal a un tercero, como un banco. Pero gran parte de esa divulgación no es voluntaria. Tampoco lo es la exclusión bancaria que la industria cripto (y otras industrias no favorecidas o grupos marginados) han experimentado a lo largo de los años. El gobierno no puede simplemente vigilar o discriminar arbitrariamente contra las empresas que no le gustan sin el debido proceso, pero los bancos pueden, y lo hacen. Se les anima a hacerlo. Hecho: La supuesta razón por la cual existe la sopa de letras, para prevenir actividades ilícitas, es un engaño. Ninguna de estas medidas realmente funciona. Sé esto porque he tenido conversaciones muy francas con personas de alto nivel en la aplicación gubernamental de la sopa y ejecutivos senior de bancos encargados de hacerla cumplir. Todos están de acuerdo en que solo atrapan "la punta del iceberg". Sabemos esto porque trillones se lavan a través del sistema bancario anualmente. Cada año, algún gran banco recibe una multa de mil millones de dólares y nadie se inmuta. Las encuestas muestran que la gran mayoría de los ejecutivos bancarios tratan las multas de AML como "solo el costo de hacer negocios". Una forma de identificar un régimen fallido, o simplemente una mala ley, es cuando la mayoría de las personas sujetas a ella simplemente rompen las reglas y pagan la multa. Otra es identificar fallas simples en la lógica de cómo se implementa, como el hecho de que los umbrales para informar no están ajustados por inflación. Conclusión: Cuando combinas estos hechos, se hace evidente que la forma en que los bancos son tratados por el gobierno tiene menos que ver con proteger a las personas y más con exponerlas--a la vigilancia y el abuso de poder. La cripto soluciona este complejo. O al menos lo expone por ser defectuoso y deshonesto. Evidencia de apoyo divertida: Jamie Dimon, Elizabeth Warren y un sinfín de otros académicos y columnistas sin criptomonedas no están de acuerdo en mucho, pero todos coinciden en perpetuar el Complejo. Cuando los compañeros son extraños, la motivación es sospechosa.
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