Elegir la bondad es una forma de poder; Aprender a rechazar es una forma de crecimiento. En estos dos años, he visto muchas de las fealdades de la humanidad, y también he aprendido a ver y soltar. La mayoría de los amigos del grupo son sinceros y bondadosos, pero también hay algunos amigos que, tras familiarizarse, pueden usar la vida de su propia madre como una ficha para estafar a los demás; también hay quienes, al hacerse cercanos, comienzan a traicionar a los amigos con los que lucharon codo a codo; y hay un tío que se hace pasar por mujer, fingiendo estar gravemente enfermo para estafar y recaudar dinero. Las personas bondadosas no siempre elegirán la bondad, no porque se hayan corrompido, sino porque simplemente ya no creen en este mundo.
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