es bastante claro que estamos al inicio de un cambio fundamental en la forma en que se construyen, financian y distribuyen las startups. El acceso más fácil a los inversores minoristas, los caminos más rápidos hacia los ingresos y la caída de los costos de desarrollo de software están convirtiendo el capital financiero en una mercancía. Mientras que los canales de distribución modernos y las demandas de los consumidores están haciendo que el capital social y cultural sea cada vez más importante. Los asignadores de capital ganadores del mañana se verán muy diferentes a los de hoy.