Más de un millón de estadounidenses fueron expuestos a agua tóxica que el gobierno sabía que estaba contaminada en la Base del Cuerpo de Marines de Camp Lejeune desde 1953 hasta 1987. Muchos de los marines y el personal en la base desarrollaron más tarde enfermedades terminales como el cáncer y murieron sin respuestas. Una de esas víctimas fue un marine llamado Darrell que sirvió a su país con orgullo. Murió de cáncer, y ahora su viuda está contando su historia en @LoomerUnleashed. El gobierno que envenenó a su esposo aún no ha hecho justicia. Las familias todavía están esperando una disculpa y compensación. El presidente Trump, el DOJ y el secretario de Defensa Pete Hegseth @PeteHegseth tienen la oportunidad de brindar a estas familias la justicia que se les prometió. Se lo merecen.
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