Buenos días desde Alemania, donde el canciller Friedrich Merz está buscando excusas después de un comienzo difícil en política económica. "Esta tarea es más grande de lo que algunos pueden haber imaginado hace un año, y lo digo autocríticamente", admitió Merz en un discurso el sábado en Osnabrück. "No solo nos enfrentamos a una fase de debilidad económica; estamos en una crisis estructural". La economía alemana se contrajo un 0,3% en el segundo trimestre, más de lo esperado, ya que el gasto de los consumidores se quedó corto. Pero la raíz del malestar está más cerca de casa: Si bien Merz disfruta de ser el centro de atención en el extranjero, ha tardado en realizar reformas en casa; Y eso está arrastrando el estado de ánimo nacional.
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