Los tribunales acaban de dar un paso para salvar la economía, el estado de derecho y la base misma de los derechos de propiedad. Esto se debe en parte a Ilya Somin, un liberal de principios cuyo trabajo acaba de ahorrarle a los estadounidenses billones en impuestos realizados y no realizados. Puede que sea el pensador legal más importante del siglo XXI y, sin embargo, la mayoría de los estadounidenses nunca han escuchado su nombre.