7 años después del ataque a la sinagoga del Árbol de la Vida, todavía recordamos las 11 vidas arrebatadas en el ataque antisemita más mortífero de la historia de Estados Unidos. Su memoria nos recuerda la necesidad de unirnos contra la creciente ola de antisemitismo y odio. Debemos actuar, hablar, educar y garantizar que ese odio no tenga cabida en nuestro mundo.