Más personas nacen sin dientes permanentes, un cambio evolutivo. Un importante estudio en Scientific Reports revela que más personas hoy en día nacen sin ciertos dientes permanentes, no por pérdida o daño, sino porque los dientes no se desarrollan por completo. Este fenómeno, conocido como agenesia dental, está emergiendo como un marcador tangible de la evolución humana en progreso. Los dientes ausentes, sin embargo, cuentan solo la mitad de la historia. La investigación también muestra que las personas con agenesia suelen tener mandíbulas superiores más pequeñas y perfiles faciales más estrechos. Los científicos interpretan esto como parte de un cambio evolutivo más amplio: con las dietas modernas de alimentos blandos y procesados que reducen la necesidad de masticar con fuerza, las mandíbulas y las caras humanas se contraen lentamente. Mientras tanto, durante los últimos millones de años, nuestros cerebros y cráneos han seguido expandiéndose. El resultado es un desequilibrio sorprendente: cerebros cada vez más grandes e intrincados alojados dentro de rostros cada vez más compactos y aplanados. Los investigadores proponen que las vías genéticas superpuestas orquestan ambas tendencias, remodelando simultáneamente la arquitectura del cráneo y aumentando la capacidad neuronal. Esta es la microevolución en acción: adaptaciones sutiles e incrementales que reflejan los estilos de vida que hemos creado. La evolución nunca se detuvo después del Paleolítico: persiste, grabada incluso en los detalles más finos de nuestros cuerpos.