La IA + robótica dará forma cada vez más a nuestro mundo físico. Esto plantea una pregunta central: ¿Podemos confiar en todo sin confiar en nadie? A medida que las máquinas sientan, deciden y actúan por nosotros, manejarán el dinero, la materia y nuestros datos más personales. Esto es poderoso pero arriesgado. ¿Quién los controla? ¿Quién tiene las llaves? ¿Cómo prevenimos la captura o el abuso? La respuesta comienza con la tecnología defensiva: criptografía, privacidad, hardware abierto, coordinación descentralizada. Estas herramientas permiten que los sistemas prueben lo que sucedió sin requerir que confiemos en una sola autoridad. Aquí es donde Ethereum importa. Ofrece una capa neutral y programable donde las pruebas de identidad, acción y transferencia de valor se pueden verificar globalmente. Un lugar donde los humanos, los agentes y los robots pueden coordinarse sin puntos de estrangulamiento centralizados. No es el único camino, sino una de las únicas plataformas en vivo y probadas por adversarios con integraciones nativas para tecnología defensiva. Si construimos esto correctamente, obtenemos una automatización confiable: las máquinas actúan, las redes verifican y las personas mantienen el control.