El capitalismo solo funciona cuando dejamos que las malas empresas fracasen. Es saludable. Cuando mantienes viva una gestión débil, como Intel, bloqueas la innovación y desperdicias capital. Los jugadores fuertes siempre absorben los activos, el talento y las ideas que quedan atrás. Así es como evolucionan los mercados. El trabajo del gobierno no es elegir ganadores y perdedores, es quitarse del camino y dejar morir a los perros.