No es QE, pero sin duda es una prueba más de que las "reservas abundantes" son una droga adictiva: cuantas más dosis administra la Fed, más necesitan los bancos. En 2016, los responsables de la Fed pensaron que 100.000 millones de dólares en saldos de reservas serían suficientes para mantener a los bancos líquidos. ¡Ahora 6 billones de dólares no valen!