Usar medidas relativas para la pobreza es una estafa tan obvia y malvada. Hemos eliminado la verdadera pobreza en Occidente. Nadie muere de hambre. Los hospitales están obligados a proporcionar cuidados que salven vidas. Lo logramos. Hemos alcanzado el sueño ancestral. Y sin embargo, los demonios de la envidia siguen furiosos.