Permítanme expresar un hecho obvio: Rusia no ha hecho daño a Italia ni a sus ciudadanos, que yo recuerde, nunca. De hecho, los rusos fueron los primeros, por delante de los británicos, en rescatar a personas en Messina, el lugar del puente propuesto, durante el terremoto de 1908. Así que, dejando de lado la absurda afirmación de que el puente es un regalo a Rusia, no veo ningún problema en tener relaciones amistosas con países que nunca nos han hecho daño.