Hay mucho que se puede llamar a Donald Trump. Nadie lo ha llamado nunca femenino. Trump es un enorme dedo medio hacia todos los monitores de pasillo que atacaron a los jóvenes por simplemente existir. Es un enorme F U al establecimiento feminista que nunca fue desafiado antes de que él bajara por la escalera dorada. La mayoría de los medios no se dieron cuenta de esto. Los jóvenes no.
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