El hombre moderno está tan agitado por sus impulsos que la mayor parte de la conversación sobre la superación personal hoy en día dice que te enfoques en dominarte a ti mismo. Ese es solo el primer paso. La verdadera prueba de grandeza es si puedes OBEDECER a tu verdadero yo, siguiendo ese camino dondequiera que te lleve, incluso hacia la aniquilación.
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