¡Intel no es donde pondría mi dinero! Ni como inversor, ni como contribuyente. En América, siempre hemos dejado que las mejores ideas y las empresas más fuertes surjan por sí solas. Eso es lo que nos mantiene a la vanguardia en tecnología. Si queremos una verdadera política industrial, hay una mejor manera: usar incentivos fiscales. Dejad que inversores privados como yo asuman el riesgo y realicen la debida diligencia, mientras los contribuyentes mantienen su dinero a salvo. Así es como se logra crecimiento, eficiencia e innovación sin desperdiciar recursos.
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