La intención original de la regulación es buena: prevenir el lavado de dinero, proteger a los inversores y mantener la estabilidad financiera. Estos objetivos son incuestionables y realmente necesarios. En un mundo descentralizado, las herramientas de regulación tradicionales han dejado de funcionar. No se trata de un problema técnico, sino de un problema de paradigma. @bocaibocai_ te lo explicará en profundidad a través de este artículo, ¡échale un vistazo!
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