"A menudo, las administraciones universitarias indulgentes permiten a los estudiantes que piensan que es una forma legítima de expresión ocupar edificios y expulsar a los decanos de sus oficinas, obstruir pasillos, invadir aulas gritando consignas a través de megáfonos. Incluso si eres un defensor de la Primera Enmienda, hay restricciones legítimas sobre el tiempo, el lugar y la manera de expresar el discurso. Estoy completamente a favor de la expresión pública de opiniones, pero eso no significa que quiera que alguien invada mi dormitorio gritando, ya sabes, construye el muro a las 3 a.m. Hay razones legítimas para preservar los espacios privados, y las universidades deberían tener una política coherente de no permitir que los estudiantes cierren la universidad, invadan aulas, tomen bibliotecas, y así sucesivamente."