Al mediodía, la tía hizo empanadillas de huevo con hinojo, y vio que el tonto no le gustaba comer. La tía estaba muy nerviosa, temiendo que el tonto se molestara. Por la noche, la cuñada cocinó 2 platos, y vio que al tonto no le gustaba comer. La cuñada dijo: ¿quieres criticarme? Si sigues criticando, no comas. El tonto suspiró y dijo: el certificado de matrimonio le da a la mujer una gran confianza.
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