Lo que llamamos pensamiento ‘utópico’ tiende a girar en torno a una mentalidad de reparación. ‘Reparar’ tiene dos significados. El primer significado es arreglar (‘él reparó la puerta’) El segundo es estabilizar (‘él lo fijó a la pared’) Un pensador utópico se imagina a sí mismo como un reparador que viene a arreglar una máquina que está rota. Quieren devolverla a algún estado perfecto y no contradictorio, y luego fijar ese estado en su lugar para la perpetuidad. Sin embargo, en realidad, los sistemas a gran escala como el nuestro tienen aspectos incontrolables y contradictorios que realmente no se pueden arreglar. Una mejor manera de imaginar el cambio en la sociedad, entonces, es imaginarte como una persona que intenta equilibrar una serie de contradicciones inestables de una mejor manera… al menos por el momento.