Recientemente, al ver la tendencia de #DOGE, realmente me siento un poco nostálgico. Antes, cuando se mencionaba, todo el mundo se volvía loco, ahora parece que es un perro viejo descansando. En 2017, ¿quién no había tenido un poco de Dogecoin? Hasta un emoji de Musk podía hacer volar toda la red. Pero ahora las cosas son diferentes, el mercado ha comenzado a ser exigente, ya no basta con la nostalgia. Ahora PEPE, WIF, POPCAT están surgiendo uno tras otro, no solo basándose en memes, sino en jugabilidad, ecosistemas y narrativas. Para que DOGE pueda resurgir, necesita encontrar una segunda oportunidad en los pagos y aplicaciones. En pocas palabras, la fe sigue ahí, solo falta una oportunidad para reavivar la llama.