los mercados continúan siendo perpetuamente abundantes en oportunidades exclusivamente recompensan a aquellos con suficiente paciencia, disciplina y coraje para capitalizar esa idea no tienen en cuenta la inteligencia. no favorecen el ego. siempre castigan las estrategias desordenadas, sin importar cuán rentables sean a corto plazo el mercado es dinámico; siempre cambiante, y sin embargo, esto siempre ha permanecido cierto.