Si la represión financiera se convierte en un subproducto del dominio fiscal, el dólar corre el riesgo de perder parte de su supremacía. El USD y el franco suizo han sido los líderes indiscutibles durante muchos años. Por supuesto, la mayoría de los otros países son igualmente culpables de tener grandes deudas, y esto ha dejado a EE. UU. como la camisa sucia más limpia. Pero quizás esta camisa también se manchará, dejando solo al oro (y quizás al franco suizo) como las monedas impecables. Menciono esto porque quizás no sea justo comparar el oro y el bitcoin solo con la oferta monetaria de EE. UU. Si esto es una fiebre del oro global, entonces quizás deberíamos comparar estas monedas duras con la oferta monetaria global. Con $115 billones (y habiendo casi triplicado en 20 años), la participación del oro y el bitcoin se sitúa en un mero 26%.