Los festivales medievales se sienten de manera diferente en Toscana. Es asombroso seguir teniendo estos rincones donde el tiempo se ralentiza, y donde la gente elige vivir de maneras que están más conectadas con la naturaleza y con su pasado. El valor de recargar y nutrir el alma sigue aumentando dado las implacables vicisitudes de la vida moderna impulsada por la tecnología.