Ódialo o ámalo, Sam Altman (junto a Elon) es uno de los pocos verdaderos aceleracionistas que quedan. No solo están hablando de AGI, están apostando todo por ello. Miles de millones, tiempo, reputación, incluso cordura. ¿Y adivina qué? Ganarán. Porque la historia siempre favorece a aquellos que construyen el futuro mientras todos los demás lo debaten.