La realidad es clara para cualquiera que esté observando: La economía académica tuvo el mandato del cielo durante décadas. Pero en los últimos años, está claramente escapándose de nuestro alcance.

No tenemos un sucesor claro. Los bárbaros heterodoxos en nuestras puertas son precisamente eso: bárbaros, decididos a la destrucción, que en última instancia no tienen ni la capacidad ni la voluntad de heredar nuestro imperio. Nuestro colapso será seguido por el caos, una edad oscura, una era de estados en guerra.

Pero, con el tiempo, en las cenizas de los monumentos que construimos, quizás, crecerán cosas nuevas; en los fragmentos de nuestro imperio, que mil flores florezcan.