las verdaderas pérdidas de las burbujas financieras no son las empresas que colapsan, ni los dólares perdidos, ni siquiera los años de recuperación después; son las almas a lo largo del camino que se entregan voluntariamente a los más bajos de los males humanos: la avaricia, el engaño y la arrogancia, que nunca regresan.

no sé cómo, cuándo, por qué o incluso SI esta cosa va a desenredarse— pero sé que si lo hace, muchas personas que eran ambiciosas e inteligentes y que de otro modo tenían todo a su favor van a tener que mirarse en el espejo y rendir cuentas por un comportamiento que es difícil de explicar