Al establecer el Presupuesto tan tarde en el año y luego volar suficientes cometas sobre posibles aumentos de impuestos para oscurecer el sol, Rachael Reeves ha presidido el período previo al Presupuesto más caótico y debilitante que se recuerda. Como resultado, la gente ha dejado de gastar, las empresas han dejado de invertir y las compañías han dejado de contratar. No es de extrañar que la economía se haya detenido.