Acabo de regresar de dos semanas en Japón, y tengo que ser honesto, realmente me abrió los ojos sobre cuán rezagado está EE. UU. en tantas formas básicas. Algunas cosas que destacaron: - En dos semanas en algunas de las ciudades más densamente pobladas de Japón, solo vi a dos personas visiblemente sin hogar. - Vi a una persona que parecía estar luchando con la adicción. - El tren de alta velocidad hizo que el transporte asequible, limpio y eficiente fuera la norma, no una fantasía. - Nunca me sentí inseguro dejando que mis hijos caminaran libremente a mi lado en público. - A pesar de tener muchos menos botes de basura públicos, las calles de Japón tenían una fracción de la basura. - La reducción de la desigualdad de ingresos en el país era visible en todas partes, desde la vivienda hasta los servicios públicos. Ya sé lo que algunos de los de derecha dirán: “Es porque Japón tiene baja inmigración” o “No está dirigido por demócratas”. Pero esas son excusas perezosas y distracciones de los verdaderos problemas. ¿La verdad? Hemos normalizado la disfunción en EE. UU., y hacemos excusas por ello en lugar de exigir algo mejor.