No estaríamos aquí si el universo fuera ligeramente diferente. Esto es lo que los científicos llaman el problema del ajuste fino. Cuanto más estudiamos el cosmos, más claro se vuelve: las leyes físicas de nuestro universo están finamente sintonizadas, equilibradas precariamente en la cima de una colina. Si la fuerza de la gravedad fuera solo una fracción más débil, las galaxias no se formarían. Si la fuerza nuclear fuerte fuera un poco más fuerte, las estrellas no se quemarían. Si la tasa de expansión del universo estuviera desviada en una parte en 10⁶⁰, la materia colapsaría en un solo punto o se extendería tan delgada que ninguna estrella podría encenderse.