He recibido tantos mensajes en los últimos días. Mensajes de artistas y amigos que dijeron que estaban de acuerdo con lo que escribí pero que "no pueden decirlo en voz alta". Y esa frase por sí sola lo dice todo sobre en qué se ha convertido este espacio. Hay un miedo silencioso que corre debajo de todo ahora. Miedo a perder visibilidad, a ser excluido, a decir algo que pueda molestar a la persona o grupo equivocado. Miedo a que la honestidad te cueste tu lugar aquí. ¿No es eso irónico? Un espacio construido sobre la descentralización y la libertad de expresión ahora se siente gobernado por el miedo... el miedo disfrazado de diplomacia, el silencio disfrazado de madurez. La gente habla de "comunidad" todo el tiempo, pero ¿qué significa esa palabra si no puedes hablar libremente dentro de ella? ¿Qué tipo de comunidad exige sumisión a cambio de pertenencia? No estoy diciendo que todos deban estar de acuerdo, o que las críticas tengan que ser fuertes o dramáticas. Pero cuando tanta gente me dice en privado que sienten lo mismo pero permanecen en silencio, está claro que algo ha salido muy mal. Tal vez sea hora de dejar de fingir que todo está bien. Tal vez la libertad de expresión signifique más que palabras bonitas en tweets y manifiestos fijados, porque si la gente tiene que susurrar lo que piensa, si decir lo que piensas te castiga, si el silencio se convierte en la opción más segura, entonces este espacio no está descentralizado. Está domesticado. Y ese no es el futuro que merece el arte