El mundo de los solucionadores de problemas está compuesto por personas de profundidad y personas de amplitud. Las personas de profundidad eligen menos áreas pero se proponen conocer todo lo que puedan sobre el tema y ejecutarlo casi a la perfección, a veces profundizando más allá de los límites de lo que se conoce. Su mayor debilidad es que se quedan atrapadas en máximos locales. Las personas de amplitud son buenas para resolver rápidamente el 80% inicial de un problema, pero rara vez tienen la paciencia para hacer el último 20%. Son excelentes en reconocer patrones y en pensar en sistemas de gran perspectiva, por lo que sus contribuciones provienen de crear conexiones entre las cosas. ¿Y tú, cuál eres?
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