Hoy, me estoy retirando como CEO de Opendoor. Cuando la Junta Directiva me pidió que asumiera este rol a finales de 2022, la empresa estaba en crisis. El mercado inmobiliario era implacable, el negocio necesitaba un reinicio y el camino a seguir era incierto. Mi mandato era claro: estabilizar la empresa y hacer lo necesario para sobrevivir. Por supuesto, dije que sí, porque creía en Opendoor. No fue fácil, y no se trató de titulares glamorosos, pero detuvimos la hemorragia. Reestructuramos el negocio, reconstruimos un equipo de liderazgo excepcional, establecimos una visión audaz para la creación de valor a largo plazo y remodelamos la empresa para el futuro, todo en el contexto de uno de los mercados inmobiliarios más difíciles registrados. Pasamos de $1 mil millones en pérdidas cuando asumí, a anunciar nuestro primer trimestre de EBITDA positivo en tres años en el último trimestre. Diseñamos una nueva estrategia y pasamos de ser un operador de un solo producto a una plataforma de múltiples productos para consumidores y agentes por igual. Y todo el tiempo, continuamos entregando a los clientes con un NPS de 80. Estoy orgulloso de la transformación que hemos impulsado juntos. A todos los que ayudaron a estabilizar este barco: gracias. Esto fue un cambio en todos los sentidos de la palabra. Las últimas semanas de intenso interés externo en Opendoor han llegado en un momento en que la empresa necesita mantenerse enfocada y avanzar. Creo que lo mejor que puedo hacer por Opendoor ahora es acelerar mis planes de sucesión que compartí con la Junta a mediados de año y hacer espacio para que un nuevo liderazgo tome las riendas. Me complace que el equipo de liderazgo continúe ejecutando la visión y estrategia que establecimos. Estoy profundamente agradecido por el increíble equipo de Opendoor por su pasión por reinventar el negocio inmobiliario. La base es más fuerte, la visión es más clara y el negocio está listo para lo que viene. Estoy cerrando este capítulo con orgullo, claridad y gratitud.