A menudo recuerdo la noche en que entré por primera vez en u, el cielo estrellado era tan brillante, la luz de la pantalla del teléfono iluminaba mi rostro codicioso, no podía esperar para transferir el dinero al comerciante de u. En ese momento, no podía creer que, en solo unos días, perdería todo de manera desastrosa. La mayor tristeza de la vida nunca es el fracaso, sino el hecho de que siempre solo se puede entender las cosas tarde.
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