Las personas que se encuentran a largo plazo en relaciones emocionales de "dar sin recibir" verán cómo sus niveles de serotonina se acercan gradualmente a los de los pacientes con depresión. Aquellos esfuerzos no correspondidos y deseos de compartir no atendidos se convierten en un boomerang que, al final, hiere el lugar más suave de su interior. Y las parejas evitativas a menudo no se dan cuenta de que, mientras disfrutan de la seguridad de "ser tolerados", su pareja está luchando con una voluntad aterradora contra la indefensión aprendida.