La IA está acelerando la sobrecarga de productos. Los equipos pueden lanzar funciones 10 veces más rápido, así que lo hacen, sin preguntarse si deberían. Resultado: productos Frankenstein con funciones añadidas, sin un diseño coherente, alta carga cognitiva. La IA te da el 80%. Tu trabajo es el 20% restante: resolver problemas reales de los usuarios con un diseño elegante. La velocidad es abundante. La artesanía es escasa.