Un grupo de investigadores españoles y mexicanos cargó 25.000 dados hexagonales, cada uno con un lado de aproximadamente medio centímetro, en un cilindro transparente. Luego aplicaron diferentes efectos de agitación al cilindro para ver cuál podría causar la compactación más efectiva. Inicialmente comenzaron a agitar el cilindro girándolo alternativamente, aproximadamente una vez por segundo, en el sentido de las agujas del reloj y luego en el sentido contrario. Este método de rotación alterna funcionó mejor, pero solo cuando la rotación era lo suficientemente rápida. La rotación aplicaba una fuerza a los dados que miraban hacia las paredes del recipiente. Al mismo tiempo, al invertir la dirección de rotación, los choques periódicos provocaron una oscilación de las piedras. Al ajustar la velocidad de rotación, los investigadores pudieron variar la fuerza de estos choques. Con una aceleración de 0,52 g, las piedras terminan en un patrón de anillo concéntrico en capas horizontales dentro del cilindro después de 10.000 rotaciones alternas. Sin embargo, a velocidades más bajas, la rotación puede tardar años en proporcionar la compactación ideal. Los investigadores esperan que su método sea un posible nuevo medio para compactar materiales como parte de los procesos de fabricación o incluso para empaquetar materiales granulares. De hecho, este método resulta ser mucho más eficiente que el tapping. De hecho, un sistema de gránulos, cuando se golpea, no alcanza un estado de densidad máxima propio, sino que tiende a atascarse en un estado de densidad intermedia.