Hice un análisis profundo sobre lo que le sucedió a Bed Bath & Beyond este fin de semana. Muchos factores mataron a la empresa, algunos internos y otros externos. Pero lo más sorprendente fue cómo la "magia" de la tienda era que gamificaron la experiencia de compra. Esto se logró a través del envío masivo de cupones, que se sentían como una búsqueda del tesoro. Cuando llegó la nueva dirección durante el período de 2019 en adelante, eliminaron ambas cosas. Incapaces de seguir jugando el "juego", los clientes dejaron de venir.
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