1/ De vez en cuando, adquirimos trabajos que nos hacen ver la tecnología de manera diferente. La reciente serie Quine de @larvalabs en @artblocks_io hace precisamente eso. El código utilizado aquí se asemeja a un tejido entrelazado, haciendo que la serie se sienta como una continuación de un impulso antiguo: incrustar conocimiento en patrones, resonando con las tradiciones de tejido de América Latina.
2/ En Quine, los resultados visuales recuerdan a intrincados tejidos, lo cual no es una mera coincidencia: los textiles y el tejido siempre han compartido una profunda relación con la computación, ambos basados en patrones, repetición, así como en instrucciones codificadas y el código como forma de comunicación.
3/ La conexión entre la computación y el tejido es profunda. El telar Jacquard, inventado en 1804, utilizaba tarjetas perforadas para automatizar patrones de tejido complejos. Un sistema binario de agujeros y hilos que inspiró directamente a la computación moderna. Charles Babbage y Ada Lovelace citaron ambos el telar como un modelo de cómo las máquinas podrían ser programadas para "tejer" números, así como los telares tejen hilos.
4/ Pero incluso antes del telar de Jacquard, la información se estaba codificando en hilo. En el Perú del siglo XIII-XIV, los incas usaban quipus (redes de cuerdas anudadas y de colores) para registrar datos del censo, impuestos y calendarios. La colocación, el color y el espaciado de los nudos almacenaban información de manera similar a las cadenas de datos modernas. Estos sistemas basados en fibra eran computadoras táctiles mucho antes de que existieran los chips de silicio.
5/ Los pueblos Wari y Chimú tejían significado directamente en sus textiles. Los patrones y colores llevaban información sobre linaje, poder y cosmología, funcionando como un lenguaje visual tanto como adorno. Sus textiles eran registros, obras de arte y sistemas de datos a la vez.
6/ Visto a través de esta línea, Quine nos hizo darnos cuenta de que lo que pensábamos que era puramente decorativo, en realidad oculta un denso sistema de información. Tanto los textiles andinos como las obras de Quine llevan una inteligencia de regeneración. Sistemas autosuficientes que preservan y recrean su propia lógica.
7/ En nuestra colección, también hemos adquirido obras de artistas conectados a estas antiguas tradiciones incas (como Celia Vasquez Yui u Olga de Amaral), y no pudimos evitar ver estas conexiones, no solo como una coincidencia, sino como parte de una red a través del tiempo. Estamos orgullosos de tener más obras de Matt y John en nuestra colección.
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