Los aprendices deben tener una mente abierta; el proceso requiere que suspendan sus egos mientras descubren en qué están haciendo bien y en qué están haciendo mal y deciden qué hacer al respecto. El entrenador también debe tener una mente abierta, y es mejor que al menos dos entrenadores creíbles trabajen con cada aprendiz para triangulizar sus opiniones sobre cómo es el aprendiz. Este entrenamiento es una relación de aprendiz; ocurre a medida que el entrenador y el aprendiz comparten experiencias, muy parecido a cuando un instructor de esquí esquiando junto a su estudiante. El proceso promueve el crecimiento, el desarrollo y la transparencia sobre dónde se encuentran las personas, por qué están donde están y qué pueden hacer para mejorarlo. Acelera no solo su propia evolución personal, sino la evolución de la organización. #principleoftheday