O Elon robó esta riqueza, en cuyo caso Bernie debería abogar por algún tipo de caso criminal en su contra, o Elon produjo e intercambió esta riqueza, en cuyo caso debería ser visto con razón como un héroe de la civilización por tal logro, y una inspiración para que otros logren lo mismo. Crucialmente, la riqueza de Bernie le llega después de haber sido tomada por la fuerza de otros, mientras que la de Elon no. Y si te importa la situación de los pobres, que todas las buenas personas deberían, considera estudiar la estructura del sistema financiero en el que operan. Considera, como muestra Bernie, que desde la década de 1970 parece que ha sucedido algo, estructuralmente, que ha llevado a una creciente disparidad de riqueza. Esta disparidad tiene poco que ver con los logros trascendentales de Elon, y mucho que ver con el dinero que se ha pervertido en una institución fiduciaria cuando fue separado del oro en 1971. La civilización está enferma porque el dinero mismo—esa sangre que corre por sus venas productivas—fue pervertido. Y fue pervertido por personas muy parecidas a Bernie, quienes, al no poder producir por sí mismos, abogan por el robo a gran escala de lo que otros producen. Ese robo abierto es algo desagradable, se han ideado muchos métodos insidiosos... más notablemente, la devaluación de la moneda, que ni un ciudadano de cada cien siquiera diagnostica como el problema.