Imagina esto: el universo no solo se está expandiendo, ¡sino que se aleja de nosotros a velocidades vertiginosas, impulsado por la enigmática fuerza de la energía oscura, un misterio cósmico que domina nuestra realidad! Como resultado, un asombroso 94% de las galaxias que podemos observar en el universo observable están para siempre fuera de nuestro alcance, sin importar cuán rápido soñemos con viajar, incluso a la velocidad de la luz. Esos lejanos prodigios, acechando más allá de unos 16 a 18 mil millones de años luz, se alejan más rápido que la propia luz, desvaneciéndose detrás de un impenetrable horizonte de eventos cósmicos. Eso nos deja con una mera rebanada del 6% del pastel galáctico: principalmente nuestros acogedores vecinos abrazados por la gravedad en el Grupo Local y algunos cúmulos cercanos que permanecerán. Avancemos trillones de años hacia un futuro asombrosamente distante, y hasta ese Grupo Local podría fusionarse en una colosal supergalaxia, convirtiéndose en nuestra isla solitaria en un vacío cada vez más aislante: el último bastión del cosmos accesible. La imagen captura a El Gordo (ACT-CL J0102-4915), el campeón de peso pesado de los cúmulos de galaxias que hemos avistado, extendiéndose a 7 mil millones de años luz de la Tierra. Esta bestia está repleta de miles de galaxias giratorias y muestra impresionantes arcos de lente gravitacional que doblan la luz como un espejo de casa cósmico, revelando tesoros ocultos cubiertos de polvo de los primeros días del universo.