Está bien, admitiré cuando estoy equivocado y daré crédito donde se debe: después de 3 días despertándome con el sol fuera de la gran ciudad, pasando la primera hora o más mirándolo, haciendo lo mismo al atardecer, reduciendo el alcohol en un 90% y caminando más de 3 horas en la naturaleza, mi estrés ha bajado un 80%, estoy deshinchándome y mi enfoque y motivación han vuelto. Un momento de "estamos de vuelta", si se quiere. Los fanáticos del sol circadiano tenían un punto, lo odio decirlo, jaja.
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