Para una parte creciente de la población, la religión, la familia y la confianza institucional ya no sirven como fuertes contenedores de significado. En cambio, las personas están encontrando identidad, pertenencia y propósito dentro de los activos financieros. Cuando una comunidad se convierte en parte de lo que eres, adquiere cualidades sagradas: los poseedores no venden, compran más y, lo más importante, evangelizan. Los modelos tradicionales luchan por valorar esto, porque no es un activo gobernado por la utilidad. Es una identidad. Es una creencia
Joe Carlasare
Joe Carlasare27 ago, 11:30
La idea de los activos de creencia pura es un virus mental. Al principio, lo ignoras sin pensarlo dos veces. Pero regresa, se hunde más profundamente y, en poco tiempo, rechazarlo se siente más difícil que dejar que se arraigue.
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