Hay dos tipos de titulares. Aquellos que abrazan la disrupción, buscan nuevas asociaciones, ajustan sus modelos de negocio (asumiendo el dolor provisional en algunos casos) y se enfocan en ganar lo inevitable a largo plazo... y aquellos que intentan atrincherarse, reforzar los fosos heredados, obstruir, retrasar e impedir el progreso. Esto último puede evitar algunos dolores a corto plazo, pero luchar contra el progreso, la innovación y el avance tecnológico = riesgo existencial. Se están trazando líneas de batalla en todas las industrias.