1/ Cómo los cambios fiscales en EE. UU. podrían transformar las criptomonedas La administración Trump está preparando una amplia reforma de la fiscalidad de las criptomonedas. El Tesoro y un grupo de trabajo de la Casa Blanca están estableciendo reglas que afectarían casi todos los rincones del ecosistema cripto, desde el staking y el "wrapping" cross-chain hasta el alivio del tratamiento fiscal mínimo corporativo, la elegibilidad para fondos mutuos y 401(k), definiciones de clases de activos e incluso si las stablecoins deben tratarse como deuda. El efecto combinado podría ser amplio: acceso más amplio para los inversores, cargas de reporte más pesadas para las plataformas y el primer marco fiscal coherente para la industria.
2/ Panorama emergente de la fiscalidad criptográfica En julio, el Grupo de Trabajo de Activos Digitales presentó un amplio plan de política para las criptomonedas, seguido en septiembre por el Plan de Orientación Prioritaria del Tesoro, que anunciaba la próxima normativa sobre una amplia gama de temas. Hasta ahora, las directrices oficiales han sido escasas: un aviso del IRS de 2014 que trataba la moneda virtual como propiedad, una resolución de 2019 sobre hard forks y airdrops, y las normas de 2021 de la ley de infraestructuras para reportar corredores. Pero casi todo lo que ahora define el mercado cripto —rendimientos DeFi, tokens envolvidos, puentes cross-chain, stablecoins, fondos tokenizados, activos L2, pools de liquidez y custodia institucional— sigue estando completamente fuera de la legislación fiscal estadounidense.
3/ Abrir fondos de inversión a las criptomonedas El IRS y el Plan de Orientación del Tesoro proponen tratar los activos digitales como "ingresos cualificados" para fondos de inversión, un paso clave para abrir los planes de jubilación a las criptomonedas. Para mantener el estatus de sociedad de inversión regulada, al menos el 90% de los ingresos de un fondo de inversión deben provenir de fuentes que cumplan los requisitos, y las criptomonedas aún no lo son. Más del 60% de los activos 401(k) están en fondos de inversión, por lo que este cambio podría incorporar activos digitales a las carteras de jubilación de los estadounidenses. Reconocer las criptomonedas como ingresos cualificados permitiría a los gestores de activos incluir una exposición modesta dentro de fondos diversificados, ampliando el acceso sin poner en riesgo el estatus fiscal del fondo.
4/ Normas de Staking del IRS Las plataformas que ofrecen staking de criptomonedas podrían enfrentarse a presiones a corto plazo si el IRS aclara cómo se gravan las recompensas, aunque normas más claras podrían aumentar la participación. La guía actual es limitada: las Preguntas Frecuentes sobre Transacciones con Moneda Virtual 2023 del IRS indican que las recompensas por staking son ingresos ordinarios cuando se reciben. Siguen existiendo preguntas clave sobre el momento del reconocimiento de ingresos, el carácter de los ingresos, las normas de origen y cómo se trata a los inversores exentos.
5/ Exención del Impuesto Mínimo Alternativo de Sociedades (CAMT) El informe de julio de la administración sobre finanzas digitales pide eximir las criptomonedas de CAMT, argumentando que la base de ingresos contables del impuesto puede captar ganancias no realizadas en activos digitales altamente volátiles. El informe recomienda alinear CAMT con los principios del impuesto sobre la renta para que las empresas solo se graven cuando se venda o intercambie criptomonedas. Consideremos la estrategia: En el primer trimestre del 2025, su coste base en BTC fue de unos 35.600 millones de dólares frente al valor de mercado de 43.500 millones, una ganancia implícita de 8.000 millones que podría inflar la responsabilidad de CAMT. En septiembre, la guía provisional del Tesoro indicó que las ganancias no realizadas en criptomonedas no contarán para el impuesto. Pero esto es una política provisional, no estatutaria. Sin legislación, la orientación puede cambiar y dejar a las empresas expuestas.
6/ Implicaciones fiscales de los tokens envueltos para la interoperabilidad Los custodios junto con los validadores "envuelven" activos para que puedan moverse entre blockchains. La práctica de mercado generalmente trata los wraps que crean un nuevo token como sujetos a impuestos y las representaciones puras como no gravables (mismo activo, nueva cadena). Pero no hay una base legal clara para esta división. Nótese que 2014-21 trata en términos generales cualquier token utilizable en múltiples blockchains como propiedad sujeta a impuestos. Si todo el wrapping fuera gravable, la actividad entre cadenas podría caer y los usuarios estadounidenses podrían migrar a configuraciones de cadena única o custodiales para evitar realizaciones constantes. Esto podría resultar en una recentralización, socavando la arquitectura multicadena que sostiene gran parte del mercado cripto actual.
7/ Valores, materias primas u otra cosa Las criptomonedas se consideran propiedad a efectos fiscales, pero no está claro si los activos digitales también califican como valores, materias primas o como algo completamente distinto. Esa clasificación es relevante para las disposiciones fiscales: las elecciones de marque a mercado solo se aplican a intermediarios y operadores de valores, la Sección 864(b) de la Sección 864(b) de comercio offshore cubre solo valores y materias primas, las normas de sociedades tratan algunos ingresos de materias primas como "buenos" pero restringen los ingresos por valores y el préstamo de valores, y las normas de venta por lavado se aplican únicamente a valores. No está claro cómo se tratan los activos digitales bajo ninguna de estas normas ni si se aplican en absoluto. El informe de la administración propone definir las criptomonedas como una clase de activos independiente, aplicando estas disposiciones de forma distinta. La falta de claridad hace que los activos digitales sean menos fungibles y añade incertidumbre al tratamiento fiscal.
8/ ¿Son las stablecoins deuda? El informe de la administración sugiere clasificar las stablecoins como deuda, o como instrumentos similares a fondos del mercado monetario. Los pagos, swaps y rescates serían eventos de no reconocimiento, y los usuarios no necesitarían seguir la base salvo cuando una moneda se negocie con descuento o prima. Los emisores se enfrentarían a cargas más elevadas: contabilidad de intereses, retención y informes del Formulario 1099-INT, trasladando el cumplimiento de los usuarios a los emisores. Hoy en día, las stablecoins se tratan como propiedad, lo que significa obligaciones fiscales mínimas para los emisores pero alta fricción entre usuarios: cada gasto, swap o rescate es una disposición sujeta a impuestos y hasta pequeños movimientos de precio desencadenan impuestos e informes. Tratarlos como deuda haría que funcionaran más como papel comercial o efectivo, en la práctica. Gracias @Argentuomo por el informe de la BI sobre esto
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