Necesitamos dejar de decir que los jubilados han "contribuido a su jubilación." No, han contribuido a los "derechos de jubilación," y eso es muy diferente. Específicamente, cuando un trabajador (tú y yo) o una empresa paga contribuciones, ese dinero no va a una cuenta personal que crece con el tiempo. Se utiliza inmediatamente para pagar las pensiones de los jubilados actuales. A cambio, el estado y los fondos de pensiones registran derechos futuros: trimestres validados, puntos acumulados, una edad legal de jubilación. En otras palabras, no estás financiando tu propia jubilación; estás adquiriendo una promesa de jubilación, condicionada por la capacidad de las futuras generaciones para financiar el sistema. El sistema francés, por lo tanto, opera sobre una base de reparto: son los trabajadores activos y las empresas los que pagan directamente las pensiones de los jubilados cada mes. Si realmente se tratara de "contribuir para uno mismo," el dinero habría sido invertido, capitalizado, y luego devuelto a cada persona en el momento de la jubilación. Como en Estados Unidos o en otros lugares. Pero en Francia, ese no es el caso. Es un sistema de "solidaridad intergeneracional" que cada vez pierde más su nombre. Y ahí es donde radica el problema. Lo que era un modelo excelente hace 70 años - muchos trabajadores activos, pocos jubilados - ya no corresponde en absoluto a la situación actual. Hoy, es lo contrario: menos trabajadores activos, muchos jubilados. Como resultado, el equilibrio es imposible en un modelo de reparto. Cada año, parcheamos los agujeros aumentando las contribuciones, retrasando la edad de jubilación, o endeudándonos aún más. Pero en un mundo globalizado y hipercompetitivo, colocar continuamente más cargas sobre los trabajadores activos y las empresas no es sostenible. Socava la competitividad, ralentiza el crecimiento y debilita la economía. Esta es exactamente la situación en la que nos encontramos. ¿Es tan difícil de entender? 😅 Estamos en un punto muerto: un modelo diseñado para el período de posguerra no puede sobrevivir para siempre, y necesitamos urgentemente inventar otro para el siglo XXI.