El mercado de la vivienda está congelado. Los precios están en aumento, el inventario está en descenso, y con las tasas hipotecarias estancadas por encima del 7%, tanto compradores como vendedores están paralizados. Todos están rezando para que la Reserva Federal reduzca las tasas, pero déjame ser claro: NO va a suceder pronto. Powell no se moverá hasta que sepa exactamente dónde aterrizan los aranceles. En este momento, los CEOs de toda América no tienen idea de si se enfrentan a un arancel del 10% o del 35%, y ese tipo de incertidumbre hace que sea imposible para la Reserva Federal predecir la inflación. Así que el movimiento más seguro es quedarse de brazos cruzados y no hacer nada. Aquí está la realidad... A menos que las tasas hipotecarias caigan a alrededor del 5.5%, la vivienda no va a cambiar. A estos niveles, los compradores primerizos terminarán con casas mucho más pequeñas de lo que jamás imaginaron, simplemente para mantener los pagos bajo control. Esto no es pesimismo, es la verdad. Si estás esperando que la Reserva Federal venga a salvar el mercado de la vivienda, deja de soñar. Planea para las tasas de hoy, no para tasas de fantasía.